Rota fue un pueblo dedicado a la pesca y al campo hasta 1955 por lo que su pasado tiene relación con la carpintería de ribera, la almadrabería, los corrales u otros sistemas de pesca y con la agricultura y la mayetería. Actualmente su actividad económica más fuerte la constituye el turismo y el asentamiento de la Base Militar.
Si tenemos en cuenta sus costumbres y sus formas de vida, los lugares de interés etnológico serían aquellos parajes naturales, construcciones o instalaciones vinculadas a formas de vida, cultura y actividades tradicionales del pueblo de Rota, que merezcan ser preservados por su valor etnológico. Por ejemplo, el muelle antiguo, las parcelas de mayetería abandonadas, los Corrales, que fueron declarados Monumento Natural por la Junta de Andalucía en el año 2001, o algunas construcciones singulares de la costa, manifestación cultural de los primeros veraneantes que llegaron a la costa roteña.
La cultura del mar: el muelle antiguo
Francisco Ponce Cordones, señalaba en su libro “Speculum Rotae”, “Antología de Estampas roteñas”, que el Muelle de Rota, tenía un significado especial, y si bien no encontraba datos para documentarlo en la antigüedad, llegaba a decir que Rota había sido arsenal de Tartessos, pero que el mar ha devorado los restos de las antiguas civilizaciones.
La cultura de la Mayetería
Cuando nos referimos a la mayetería aludimos a un paisaje cultural donde se plasma la sabiduría humilde del hombre que habitó estas tierras, sobre la base de los frutos del mar y de la tierra, consiguiendo lo necesario para su alimentación y para su vivienda, en una perfecta relación, o en una perfecta identificación con el medio.
Hasta el establecimiento de la Base militar, el suelo de uso agrícola estaba dedicado a la mayetería, huerta pequeña, característica de la zona, con cultivos de herbácea y de viñedos; cuyo núcleo, hoy muchas veces adaptado a segunda vivienda, es el rancho, que suelen mantener la estructura o forma de las casas tradicionales.
Aún se conserva la llamada “Catedral de la Mayetería”, una pequeña choza, levantada cerca el mar, con la que el roteño, si quiere no perder sus raíces, tiene el gran compromiso de que se conserve y pueda servir para disfrutarla, para que se conozcan mejor las formas de vida antiguas y para ilustrar una manera de vida ecológica, en contacto
directo con la naturaleza.Desde el 2 de octubre de 2001 el Monumento Natural de los Corrales de Rota forma parte del patrimonio natural andaluz. Con ello la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía hacía un reconocimiento de los valores ecológicos y naturales, por su excepcionalidad en la riqueza biológica, arqueológica, etnográfica y paisajística. Se trata de 110 hectáreas con formaciones de piedra, relacionadas con las artes tradicionales de pesca. Su dilatada historia, quizás nos lleve a los romanos, aunque sus datos documentales se remonten al siglo
XVI.
Desde el punto de vista etnográfico se trata de un sistema de pesca ingenioso y primitivo, en palabra de Alberto Arias “Uno de los sistemas más primitivos concebidos por el ingenio humano para extraer recursos alimenticios. En el término de Rota se conservan aún cinco de estas estructuras, ubicadas en un entorno singular declarado recientemente Monumento Natural de Andalucía, reconociéndose así su importancia ecológica y cultural”. Son los únicos de España que se conservan y siguen estando operativos sin apenas modificaciones.